En el camino

sábado, 11 de abril de 2009

Zarpamos


El caso es que al zarpar la situación no fue de pelicula de Hollywood, ni multitudes, ni caras bonitas y descansadas, todo sonrisas... Lucia de resaca habiendo dormido dos horas después de fiestas de Sopelana si mal no recuerdo, un día medio nublado con viento suficiente para navegar bien salvo por el detalle que venia de ceñida. Mis padres y familia como siempre incondicionales, fueron para dar la despedida a su pequeño, algún amigo que coincidió (los demás o no lo sabían o no lo creían, después de tantas fechas de salida…). Una sensación de… no se como explicarlo porque mas que una sensación es un cocktail de sensaciones contradictorias. Sentimiento de grandeza de horizonte, aun siendo las mismas aguas a las que había navegado muchas veces el horizonte se ve diferente, mas infinito si cabe y cuando uno echa la mirada hacia atrás sabe que esta aconteciendo una despedida. Un retortijón juguetón se crea en el estómago y en el alma. ¿Dulce o salado? Ambos, lágrimas y risas se hacen amigas y juegan con uno, si lo intento controlar entra el pánico si las dejo jugar es mas divertido.
Lucia? Dormida en el camarote… avísame cuando lleguemos…

El viaje


En este caso solo puedo hablar de planes… precisamente seguir planes no es mi especialidad por lo que lo único que puedo decir es que la intención es la de navegar hasta el pacifico, en el que nos gustaría quedarnos por una temporada. De aquí al Pacifico hay muchísimas millas, tiempo, necesidades, amigos… ¿?

Algunos pensamientos sobre la preparación de el viaje


Empezaré diciendo lo contento que estoy de por fin estar en ruta y no pensando en ella… Muchos sabemos lo que me ha costado reunir los mínimos he imprescindibles para poder marchar, nada fácil, vamos dificilísimo como mínimo, pero con suerte de finalmente haber podido. La carrera hasta poder tener un barco, prepararlo, aprender como para por lo menos no tener que mirar el libro de instrucciones en el peor momento, es larga y ardua. Además de eso es un viaje sin fechas de ningún tipo (me cuesta llevar al día hasta las temporadas de navegación…), sin ningún tipo de seguridad económica (bueno en esta aventura desgraciadamente estamos muchos, tanto de viaje como si no…), sin seguridades medicas en muchísimas situaciones complicadas, sin responsabilidades distractoras, sin nadie que te necesite, sin nuestro personaje cotidiano que nos identifica (siendo una persona nueva con cada uno que te conoce, porque nadie te conoce), saliendo de nuestra urbe con sus sistemas predispuestos al que ya sabemos jugar… Sin tantas cosas que añoramos antes de perderlas y tan estático nos deja (bueno para algunos y no tanto para otros). Es un juego al que pocos nos gusta jugar, nada fácil, bueno en realidad en este caso son dos juegos: el del mar y el viajero.
Una vez superado esto, pareciéndome que este es mi camino (por lo menos de momento… quien sabe?) solo queda el viaje en si mismo (¿?).
Aun con todo esto, si la historia te gusta de verdad y estas convencido de ello, no es que se transforme en fácil, nada mas lejos que eso, pero si que se torna en una aventura en si misma muy digna de vivir y disfrutar con todo lo que llevas puesto, por lo que te mantiene despierto y satisfecho. Uno mismo en un camino auto escogido.
Ahora mismo, al día de hoy, la visión de todo esto se me ha aclarado un poco. Como un filtro brumoso que con distancia se ve mas claro. Como si a las dudas, inseguridades que el entorno propio me parecía que creaba y demás pegas a las que me aferraba las mediría con diferente calibre, dando diferentes preferencias de importancia, siendo el mayor disfrute y el menor peso a la preocupación maligna que todos sabemos cual es, los dos puntos importantes a los que prestaría mas atención. Otro punto importantísimo que cuidaría sería en no refugiarme en dejar el barco perfecto y a la última antes de zarpar, ya cuesta (de todo, sudor y dinero) tenerlo en condiciones reales para zarpar… Creo que esto es muy común (en mi caso así fue). Desde luego que si volviera a pasar por lo mismo de nuevo, me volvería a angustiar en innumerables situaciones y si bien muchas dudas se han disipado habría otras nuevas que no conté con ellas… Esto es uno de los grandes ingredientes inamovibles para que la vida sea interesante, seria todo tan aburrido si todo saliera bien sin esfuerzo ni atención… ¿Que tipo de sabor tendría la recompensa de algo que no hemos sudado?
Días antes de zarpar, Alex me regaló un libro con el título: "En el camino", decidí llamar asi al Blog porque justo eso es lo que creo importante y divertido.

Roberto


Otra pieza importante del viaje. Un muy buen amigo con el que ya he compartido viajes, fiestas y lamentos. Nos comprendemos muy bien, muy paciente (importante para soportarme en un velerillo tanto tiempo…). Me ofreció mucho apoyo y mucho mate acompañadas de largas conversaciones antes de zarpar. El vendría navegando desde Galicia a su casa en La Plata, Buenos Aires. Finalmente en Canarias tendría que volar a casa por habernos “colgado” tanto tiempo por el camino y algunas otras razones. Que nos quiten lo bailao compañero!!

Wind Chime



Mi pequeño gran compañero y noble amigo. Un velero al que desde su botadura se le ha querido como a un hijo, un matrimonio mayor lo botó, años y millas después tuve el placer de comprárselo. Lo cuidaron y mejoraron, lloraron cuando me fui y siguieron el viaje de vuelta a Bilbo orgullosos de su “pequeño”. Una vez en Bilbo empezó otra era para el de mejoras y reparaciones, en el que se entrelazaba el aburrimiento de no navegar y el bienestar y potencia que se le iba imprimiendo en equipamiento y refuerzos. Ahora empieza otra fase en su vida…

Luna


Aquí esta nuestra pequeña compañera de aventuras! Una perrilla valiente y alegre que tuvo que dejar de perseguir ovejas vascas para empezar a ladrar delfines…