En el camino

sábado, 11 de abril de 2009

Wind Chime



Mi pequeño gran compañero y noble amigo. Un velero al que desde su botadura se le ha querido como a un hijo, un matrimonio mayor lo botó, años y millas después tuve el placer de comprárselo. Lo cuidaron y mejoraron, lloraron cuando me fui y siguieron el viaje de vuelta a Bilbo orgullosos de su “pequeño”. Una vez en Bilbo empezó otra era para el de mejoras y reparaciones, en el que se entrelazaba el aburrimiento de no navegar y el bienestar y potencia que se le iba imprimiendo en equipamiento y refuerzos. Ahora empieza otra fase en su vida…