En el camino

domingo, 19 de julio de 2009

Peniche













Pudimos navegar a vela pero a duras penas… Por momentos tuvimos que arriar foque y encender motor hasta mas tarde subió el aire y ya no faltó mas. En una parte de la noche vimos algo que nunca ví anteriormente… Fue mágico, teníamos por proa empezando desde debajo del botalón un grupo de delfines navegando en mismo rumbo hasta que en momentos se cruzaron con bancos de sardinas.. perseguidas por delfines que con movimientos rapidísimos se las cenaban sin pedir permiso… Lo mas bonito o lo que lo hacia mágico (seguro que las sardinillas no opinaran lo mismo…) es que todo esto lo estuvimos viendo por el placton, con tanta definición como para disguir las sardinas no por grupo si no por unidad, quiero decir que no se veia una mancha azul si no a cada sardina y su estela, a cada delfín y su estela… Todo esto una noche de verano con el cielo sin luna y lleno de estrellas… Que me pinchen que estoy soñando!!
Cerca del amanecer el viento roló y se nos puso de nariz. Podíamos hacer rumbo justito hasta que llegamos a Peniche, que el rumbo marcaba mas sur y ya no era posible, justito justito de nariz y ya había subido a fuerza 6… Entramos a Peniche con multa por exceso de velocidad, que bonito navegar por lugares tan desconocidos como bonitos con el barco navegando al máximo. Atracamos en la marina para poder darnos una duchita caliente, hacia frío, humedad y al todavía no estar curtidos se agradecen estos “pequeños” placeres. Hay un fondeadero buenísimo con ambiente pesquero al que fuimos al día siguiente.
Hay que tener mucho cuidado al navegar por Portugal con los palangres, poco antes de llegar a la isla Berlinga en Peniche me tuve que tirar al agua a quitar una bolla y su correspondiente cabo del timón… era el segundo que quitamos al Wind Chime en Portugal. Por momentos te ves navegando en slalom y cuando te descuidas… zas! Cabo al canto!
Después de todo el buen tiempo que tuvimos durante casi todo el viaje, saboree el viento, lluvia y fuerza en un lugar con acantilados, rocas y verde (mismas afueras de Peniche). No se que tiene el mal tiempo que te llena de melancolía, te recoge en ti mismo y llena de tranquilidad tu soledad. Mirada al horizonte negro de nubes, islas entre bruma, energía estática a tope y mar encrespado.
Allí nos encontramos al Noaua, nos echamos unas buenas risas y tomamos algo por el pueblo. Me daba la sensación de que éramos como un barrio en movimiento, en casi todos los puertos coincidíamos o con alguien o con todos los barcos conocidos desde Galicia hasta Lisboa..
Saliendo del puerto una chica nos preguntó si sabíamos algo del barco que zarpaba hacia la isa Berlinga, acabábamos de llegar por lo que no pudimos ayudarlas y después de unas risas nos marchamos deseándolas suerte. Al de más de una hora que veníamos de hacer unos recados las vimos en el mismo sitio todavía esperando el barco y las invitamos a tomar algo en el velerillo para que se las hiciera mas corta la espera. Querían acampar en la isla pero creo que les faltó algo de información sobre los horarios… Dos Austriacas, Christine y Franziska (Pancha para nosotros) y la otra chica, Silke Alemana. Tienen 23 años, mucha energía y ganas de pasarlo bien y reír por lo que no fue difícil el que nos entendiéramos muy bien en poco tiempo. Después de muchas risas cogieron el barco y fueron a Berlinga. Podría ser que a la vuelta nos podríamos ver ya que estarían solo dos días y el tiempo no estaba para navegar. Así fue, nos llamaron que estaban el Peniche, quedamos para tomar algo y finalmente al día siguiente zarpamos todos a Lisboa. También zarpó el Noaua. Al empezar la travesía se empezaron a marear las chicas y fue como llevar a tres cadáveres en el barco, nos reímos un montón Roberto y yo vacilándolas (no les hacia demasiada gracia..) hasta que llegó un punto en el que se recuperaron y empezaron a disfrutar ellas también. Se recuperaron tan bien que al anochecer junto con Roberto hicieron la cena dentro del barco y todo. Con el estomago lleno saco Roberto la guitarra y navegamos cantando hasta casi Lisboa.

Figueira da Foz


Figueira da Foz, ciudad moderna que no nos motivó, el puerto era muy caro, no había fondeadero y la policía portuaria me pidió hasta el pasaporte de Luna… Salimos corriendo de allí…
Antes de zarpar de Figueira, una tarde estaba concentrado y agachado instalando los cadenotes de las burdas y oigo a una chica llamándome, que? Aquí no conozco a nadie. Claro que no, estaba hablando con su compañero con el que estaba atracando al otro lado de nuestro finguer… Era una pareja y la madre de ella que además de que son vascos, el es tocayo mío! Venga que no paren las casualidades!! Como no mas risas compartidas.
Zarpamos al atardecer, después de una zambullida por parte de Roberto para quitar un cabo en el timon… La idea era arrivar al mediodia en Lisboa.

Aveiro


En unos días zarpamos a Aveiro. Muy buen fondeadero, un pueblo bonito también. Allí la familia Horst nos invitaron a cenar en un restaurante como despedida pues la familia se le marchaba de vuelta y quedaba solo para continuar el viaje. Risas a labio partido (las caipirinhas ayudaron mucho) y un abrazo de despedida hasta cualquier día que el destino nos haga coincidir en algún otro lugar. Momento extraño cuando te despides de la gente que conectas tan bien, lástima por decir adios y gracia por haberles conocido y compartir tantos buenos momentos..
Al día siguiente Horst se marchó con muy mal tiempo y mal viento y ya no le hemos vuelto a ver, el ritmo del barrio flotante se le quedaba lento y tenía energía acumulada… Este pueblo no nos atrapó y seguimos “camino” a Figueira da Foz.

Porto







Conseguimos escapar del pueblo en fiestas… Nos levantamos medio resacosos y con “prisa” fuimos a tomar un café, que en Portugal saben apreciarlo y es muy bueno. Zarpamos y Roberto como buen amigo timoneo he hizo guardia mientras me echaba una “siestecita”. El siguiente destino sería algún lugar en Porto, ya que la carta no decía nada de ninguna marina. Entramos por el canal de entrada al atardecer casi oscurecido ya. Ciudad preciosa de noche, vista desde la ría es impresionante… Hicimos casi toda la travesía por la ría con la boca abierta… uuhhhaaaauuuu….. Que historia porta!! Construcciones históricas por todos lados! Que ganas de patearla!!! Perderse por estas calles…
Buscamos algún puertito, fondeo o murallón para pasar la noche pero no encontramos ninguno que me diera la suficiente confianza y decidimos volver unas buenas millas a un deportivo con un buen fondeo. Es la marina principal de Porto pero está bien alejada del centro, si no recuerdo mal a media hora o algo mas en tren.
Saliendo de la ría se nos echó la niebla encima. De noche y con niebla Roberto se puso un poco tenso y… quizás me pase un poco cuando se me ocurrió bromear sobre un bajo fondo… Me quería morder la yugular al por fin entrar en el puerto y largar el ancla. Al final se quedó con lagrimas de risa (santa paciencia..).
Disfrutamos unos días de Porto y algo de playa. También compartimos buenos momentos con la familia Horst que recalaron en Porto.
La ciudad se ve mejor de noche, es una lástima porque es una ciudad impresionante pero el casco viejo le están dejando caer. La gente no tiene dinero para reformar los edificios, el gobierno no permite explotación turística y tampoco invierte el reformas… vamos que nadie se hace cargo.