En el camino

domingo, 19 de julio de 2009

Aveiro


En unos días zarpamos a Aveiro. Muy buen fondeadero, un pueblo bonito también. Allí la familia Horst nos invitaron a cenar en un restaurante como despedida pues la familia se le marchaba de vuelta y quedaba solo para continuar el viaje. Risas a labio partido (las caipirinhas ayudaron mucho) y un abrazo de despedida hasta cualquier día que el destino nos haga coincidir en algún otro lugar. Momento extraño cuando te despides de la gente que conectas tan bien, lástima por decir adios y gracia por haberles conocido y compartir tantos buenos momentos..
Al día siguiente Horst se marchó con muy mal tiempo y mal viento y ya no le hemos vuelto a ver, el ritmo del barrio flotante se le quedaba lento y tenía energía acumulada… Este pueblo no nos atrapó y seguimos “camino” a Figueira da Foz.